De la tierra a la tierra.
TAJO evoca nuestra percepción del suelo, el papel cultural, colonial y humanístico que desempeña nuestra relación con la tierra. TAJO hace referencia a su naturaleza omnipresente y a las formas en las que la concebimos y la negamos.
Con mi traje ataviado de semillas inicio un saludo al sol en el jardín. Un espejo que imita la silueta de un árbol talado me acompaña a través de una caminata como si fuera un escudo. Con una pala, abro un tajo en la tierra, y yo misma, sirvo de herramienta trasladando una porción extraída del suelo hacia el centro del domo, permitiendo a este suelo de tierra ser introducido en el Museo, concediéndole la posibilidad de observarlo interiormente, conocerlo y apoyarse sobre él. En movimiento hago una invocación al sol en la que la semillas producen sonidos que amplifican mis acciones.
En mi cuerpo de trabajo de lo últimos años, la tierra ha estado siempre presente relacionándose de diversas maneras con los asistentes/visitantes, con el espacio y conmigo. Al ponerse en el foco como protagonista, nuestra percepción de ella se renueva. En esta ocasión, al visitar (inicialmente de manera virtual) el edificio del Museo y sus jardines, fue claro para mí el llamado a conectar el adentro y el afuera de una manera tal vez obvia, pero al mismo tiempo normalizada, así como incómoda, inesperada, o mejor, indeseada.
TAJO es una pieza inédita comisionada por el encuentro inSURrecciones para presentarse en los jardines del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.









Fotografías de Mara Arteaga, Museo de Arte Moderno, Ciudad de México.
Trailer Tajo